
Esta vez, el encuentro entre el músico radicado en París y el publico local se desarrolló en el teatro Adela Samudio.
Este recinto cuenta con menor capacidad que el municipal Alberto Saavedra Pérez de La Paz -donde Ledesma debutó el jueves-, pero la acústica es también muy buena y la disposición del escenario ofrece al artista la posibilidad de interactuar con mayor fluidez con el auditorio. Esta ventaja fue aprovechada por Ledesma durante su segundo y último concierto en Bolivia.

REPERTORIO. Los primeros sonidos del arpa de Ledesma comenzaron a brotar poco antes de las 20, con obras de su autoría que reflejan su constante búsqueda y evolución.
Entre el cielo y la tierra, A mi pueblo, La balada del indio, Tren Sapucai-Encarnación y Agua dulce, proponen diferentes ritmos, algunos de ellos contemporáneos y alejados del folclore que, amalgamados con gran musicalidad e interpretados con limpieza, ofrecieron un colorido sonoro novedoso que deleitó a los presentes.
Pero no solo fue la calidad artística la que contagió al publico, también atrajo al público la simpatía natural que brota de la personalidad de Ledesma.

Ledesma cerró el show con clásicos de arpa como Caballito andador, Pájaro Choguy, Cascada, Pájaro Campana y Carreta guy.
AVENTURA MUSICAL EXITOSA: El paso del arpa paraguaya por Bolivia dejó interesantes conclusiones, la mayoría de ellas positivas. Exponer una de las mayores tradiciones artísticas del Paraguay en un país donde poco se sabe de ella es un gran desafío.
Otro importante detalle fue la atención mediática que recibió el arpa paraguaya, aún cuando todo estaba centrado en el proceso electoral que se desarrolla en la fecha.
Ledesma y la delegación paraguaya fueron protagonistas de informativos y programas de la televisión boliviana, hecho que fue crucial para atraer al público a los conciertos.